Hoy en día, registrar la actividad del corazón es algo habitual, y aunque pueda parecer difícil, con un puñado de operacionales y resistencias se puede conseguir.
Primero, vamos hablar un poco de las señales que esperaremos. Alrededor de 1mV, es lo que esperamos en la entrada, además, los electrodos que conectamos a nuestra piel, se modelizan con sendas fuentes de tensión contínua y niveles de 0.2 voltios. Ahora, necesitamos tener a la salida un valor de tensión que sea manejable, yo he escogido 1 voltio. Resumiendo, 1mV en la entrada y 1 voltio a la salida, para conseguir esto debemos amplificar por 1000 y lo haremos en dos etapas (50 X 20 = 1000). Finalmente, con la adición de dos etapas mas de filtrado, conseguiremos un resultados muy decentes.
Primera etapa: amplificamos por 50, con un amplificador operacional de instrumentación, éstos son especiales para señales débiles, además de ser dispositivos ultra low noise, es decir, de ruido muy bajo y de ratios de CMRR muy altos.
Segunda etapa: filtro paso alto, se ha fijado la frecuencia de corte en 0.05 Hz y se ha optado por un filtro Butterworth de 2º orden. Para los menos entendidos, con esto bloqueamos frecuencias inferiores a la que hemos fijado y las frecuencias superiores no quedan afectadas. Con esto eliminamos, las tensiones de contínua, como ejemplo la que generan los electrodos.
Tercera etapa: amplificamos por 20, con un A.O. común.
Cuarta y última: filtro paso bajo, se ha fijado la frecuencia de corte en 5kHz, con la función de eliminar el ruido y el mismo tipo de filtro anterior, pero este deja pasar las frecuencias inferiores.
Por último, solo necesitamos colocarnos los electrodos y conectar la salida de nuestro aparato a un osciloscopio.
En la pantalla, podemos apreciar las ondas PQRS, que genera nuestro corazón:
http://es.wikipedia.org/wiki/Amplificador_de_instrumentaci%C3%B3n
